Los Desvanes: Crónica de una Boda. Tercera Parte
29 marzo 2006  

Crónica de una Boda. Tercera Parte

Me se acusa de que los posts de Crónica de una Boda son muy extensos, por lo que trataré de reducir la extensión del presente.

Bien, pues allí estábamos, a la espera de entrar a comer. Todo fue normal: ver en qué mesa estás sentado, con quién, que los novios llegaran tarde... Lo típico.

Centrémonos pues en la comida... mutante. Tal cual, al menos así lo aseguró alguno de los comensales. Yo no me lo creía hasta que vi a...

La cigala jotera



Y a la nécora Robin Hood

Ambas dos acompañadas de su inseparable escudero Mayonesito de Sobre Prima

El resto de la cena transcurrió sin mayores incidentes, más allá de los gritos desaforados de los compinches del novio. ¡Que se besen! ¡Que se besen!.. ¡¡Ahora con lengua!! ¡¡Ahora con lengua!!, y que la velocidad de los camareros sirviendo la comida es digna de estudio (no dejaron a los novios terminar de saludar por las mesas porque tenían que ir a cortar la tarta. Que digo yo que si no podrían haberse esperado unos minutitos).

Llega el momento de los bailes y las copas. De esto sólo quiero hacer una mención especial para el DJ, un tipo larguirucho con una cara de aburrimiento que se limitaba a darle a un botón de un ordenador portátil para cambiar de canción. Se te quitaban las ganas de todo con sólo verle la cara. ¡Ah! bastante extraña la combinación musical.

Por último destacar al invitado sorpresa. Ese que aparece de repente, acompañando a otro u otros, y al que no habían invitado. Es decir, para el que no se había previsto un sitio en ninguna de las mesas. El resultado final es que uno de los primos del novio fue sentarse a la mesa presidencial entre medias de sus tíos.

Podrían contarse muchas más cosas... cosas como que la decoración de las mesas consistía en unos jarrones negros que parecían urnas funerarias con unas flores de plástico multicolores, pero lo dejaré ahí.

Espero que hayáis disfrutado.


Espero tu comentario




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Comments:
Vale, te vas a cagar. Deberían conocerse los intríngulis de mi familia para degustarlo en su máxima expresión, pero vamos allá. Mi primo es, punto por punto, una especie de don Vitto (en cuanto a negocios, estética, etc.), pero de Vallecas. La boda se celebraba en una iglesia humilde de El pozo del Tío Raimundo un día de verano atroz de calor y a las cinco de la tarde. Las calles estaban vacías y el novio, que esperaba a su novieta vestido como un perfecto siciliano.De repente, algo parecido a un tintineo comenzó a oírse en la lejanía. Para nuestra sorpresa, en medio de la calle, apareció un coche de caballos tirado por un señorito andaluz (de Aluche, supongo) que llevaba a la futura mujer y al hijo de ambos (de mi primo, no del cochero). Acojonante, pero no tanto como los mariachis (de Carabanchel) que rondaron a la mujer a la salida de la boda.
La celebración continuaba en un restaurante propiedad de mi primo y estuvo amenizado por bailarinas (ejem) brasileñas (éstas sí que eran brasileñas) que curran (ejem) en otro negocio (ejem) de mi primo y que iban vestidas en plan mamachicho.
Más tarde, cuando mis otros primos consiguieron desnudar por completo al novio para vender la ropa a los invitados y éste se tuvo que tapar con un mantel, me dijo que si quería zumbarme (literalmente) a alguna de las bailarinas, que se lo dijera, que él invitaba a todo.
Todo lo anterior es absolutamente cierto.
Supera esto, pablete
 
Carajo con tu primo. No, no creo que sea capaz de superar eso, sobre todo la parte de los zumbamientos.

Me reitero en lo primero que dije en 'Crónica de una Boda. Primera Parte': las bodas perjudican seriamente la salud
 
La promesa sigue en pie y, visto el material, le tengo tomada la palabra para tarde o temprano. Por cierto, la invitación era para mí y mis amigos (yo no digo nada...)
 
Acuerdate de esa boda en la que, seamos sinceros, lo pasamos de puta madre, y no mientas que te bebias los Gin Tonics a pares, pero que Esperanza Aguirre hubiera sacado el latigo y fustigado a todo un parque de bomberos....Comimos como bestias, bebimos como bestias y realmente faltaron las brasileñas para rizar el rizo... con lo que no me digas que las bodas son malas para la salud. Además podias llegar a rastras a la cama. Yo lo hice.
 
vaya, vaya... digamos que el fundero mayor del reino no llegó a a rastras a la cama, o que al menos, la información no es extrictamente cierta, antes de llegar, hizo una graciosa voltereta mientras el resto de invitados, (entre los que me encuentro) mírabamos asombrados cómo pudo llegar a hacer tan grácil pirueta sin acabar éstampado en el suelo...los misterios de los efectos del alcohol son insondables...

por cierto, comentaré a la parte contratante del fundero mayor del reino el tema de las brasileñas, a ver qué le parece ¿?
 
Bien, es cierto que en esa boda nos lo pasamos muy bien, pero es que las bodas de los amigos son una excepción.

En cuanto a lo de los gin tonics a pares... era inevitable.

Las habitaciones pegadas al lugar de la celebración fueron un gran acierto.

Y tal y como pitufa ha señalado ¡¡bonita voltereta!!
 
cigala jotera

tú lo que eres es un jaxondo!
 
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